La aldea de mujeres: Jinwar

Sobre los espacios autónomos, la conexión de las luchas y la revolución de las mujeres en Rojava

Vinimos a Rojava como feministas internacionalistas, entusiasmadas por aprender de la revolución y el Movimiento de Mujeres Kurdas, por vivir y por trabajar con nuestras amigas y compañeras kurdas y para ser parte del proceso revolucionario de construir vívidas alternativas de organización social – aquí y en cualquier parte del mundo. Queremos compartir nuestras experiencias, esta vez queremos escribir nuestras reflexiones sobre Jinwar.

Entre campos de trigo se esta construyendo una pequeña aldea. Las casas están hechas de barro de la forma tradicional y más sostenible posible, igual como se han construido las casa en la región durante miles de años. El huerto plantado recientemente genera un cierto cambio en el paisaje; pequeños arboles frutales, olivos, tomateras, pepinos, melones, pimientos, berenjenas y una gran cantidad de verdolagas salvajes alrededor, necesitando solo un poco de agua y tierra para crecer sin consciencia de haber sido plantadas. Las mujeres trabajan el barro con sus manos desnudas, haciendo ladrillos con los que levantan las casas de su pueblo. Este pueblo se llama Jinwar, y será el pueblo de las mujeres.

‘Jin’ es una significativa expresión de la lengua kurda: significa mujer pero al mismo tiempo es muy cercana a la palabra ‘jîn’, que significa vida. La palabra kurda ‘war’ significa ‘espacio’, ‘terreno’, ‘hogar’. Jinwar será el espacio de las mujeres, un espacio donde las mujeres se reunirán, vivirán y trabajarán juntas, en base a un modelo de vida libre y comunal. Este es un proyecto pionero profundamente vinculado a los principios del paradigma del confederalismo democrático: democracia, ecología y liberación de la mujer.

En los últimos años las mujeres de Rojava/Norte de Siria han construido una base de auto-organización en todas las áreas de la sociedad que inspira a mujeres de todo el mundo. Las mujeres todavía enfrentan muchas dificultades en su lucha por una vida autónoma. Romper con las estructuras del patriarcado es un todo un reto, aquí y en todos lados. La estructura familiar patriarcal tiene una gran influencia, y la mayoría de las mujeres solamente tienen opción de salir de la casa de sus padres cuando se casan. Las mujeres que deciden abandonar el círculo familiar tradicional a menudo se unen a las fuerzas de autodefensa como las YPJ, dedicando así sus vidas a defender la revolución y las personas. El proyecto de Jinwar busca abrir otro espacio para vivir una vida libre basada en la ética y los valores de la mujer: es un espacio para las mujeres que han perdido a sus maridos y otros familiares en la guerra, para las que no disponen de un lugar apropiado para cuidar a sus hijos e hijas, un espacio para mujeres que han experimentado violencia – debido a la guerra u otras opresiones patriarcales -, y que quieren librarse de esta. Ciertamente, Jinwar nos enseña a mirar la revolución desde una perspectiva holística: La mujeres que combaten con rifles en sus manos y las mujeres que trabajan con sus manos llenas de barro son parte de la misma revolución, peleando en diferentes frentes pero con la misma visión de una sociedad libre.

La idea de crear un pueblo de mujeres en Rojava ha sido un sueño para el Movimiento de Mujeres Kurdas durante años. Ahora hace un año varias mujeres y diversas organizaciones autónomas de mujeres finalmente se reunieron y fundaron un comité para la creación de Jinwar. Tras medio año de debates, planificación y preparación de las infraestructuras, se inició la construcción del pueblo con el inicio de la primavera de 2017. Además de una treintena de casas para vivir y el huerto-jardín comunal, se construirá una escuela para las niñas y niños, una academia de mujeres (donde se recopilará y desarrollará conocimiento para todos los campos de estudio/trabajo de la Jinelojî, de manera colectiva y conectado con el trabajo práctico), un centro de cultura y arte y un espacio de cuidado de la salud, enfocado a las medicinas naturales. La vida social será el eje central del pueblo, y esta concepción se verá reflejada en la arquitectura e infraestructura de Jinwar. Como Jinwar se organizará como una comuna, el centro del pueblo será el espacio para las asambleas, con una glorieta para reunirse, vivir y trabajar en común.

Con el espacio de huerta comunal, las mujeres buscan generar un sistema de autosuficiencia para el pueblo, pero también mantener la conexión con la tierra, y con la comida que alimentará al pueblo, como parte fundamental de la vida. En una área casi desértica y de monocultivo de trigo, resultado de las políticas del régimen sirio para industrializar la agricultura desde 1970 y de la guerra de Turquia contra la región de Rojava (tratando secarla lentamente cortando los suministros de agua), cultivar una gran huerta ecológica y arboles frutales es en sí mismo un acto de resistencia. Esto seguramente cambiará el territorio, reviviendo la tierra y generando un ejemplo de como la vida comunal puede vivir y trabajar la tierra de una forma sostenible.

[su_quote cite=”Abdullah Öcalan”]Las mujeres nunca podrán ser libres si no se desconectan de los hombres y del sistema patriarcal en todas sus dimensiones: mental, física y emocional.[/su_quote]

El pueblo será un espacio autónomo, un espacio de mujeres para vivir libremente y recuperar la confianza, la fuerza y la creatividad que ha sido arrebatada en el largo proceso histórico de ahondar en la sistematización del estado, el capitalismo y el patriarcado. Un espacio de autonomía así será una bocanada de aire fresco, en un espacio donde desarrollar y practicar una visión liberadora de la vida, al margen de la destructiva influencia del sistema patriarcal. Esto significa poner en práctica la teoría que Abdullah Öcalan definió como teoría de la separación: Las mujeres nunca podrán ser libres si no se desconectan de los hombres y del sistema patriarcal en todas sus dimensiones: mental, física y emocional. En consecuencia, las mujeres libres y emancipadas, con una fuerte y significativa base al margen de estructuras patriarcales de poder y opresión, pueden hacer que también los hombres empiecen a cuestionarse sus privilegios y opresiones, así como su papel en los sistemas de opresión del sistema patriarcal, y llamarles a tomar responsabilidad en la lucha por la liberación de género.

Para cambiar la sociedad necesitamos espacios y estructuras para organizarnos. Jinwar puede ser uno de estos espacios autónomos, un espacio seguro, un espacio valiente, un espacio donde recuperar y profundizar en el conocimiento y la confianza, al margen del ojo del patriarcado que evalúa cada movimiento que hacemos. Un espacio donde conectar la vida de la mujer con la herencia de la cultura y la sabiduría de las mujeres a lo largo del tiempo. Un espacio donde poner en práctica formas de vida y trabajo comunal, reflexionando sobre ellas, desarrollándolas y defendiéndolas colectivamente.

Jinwar es por lo tanto un espacio donde las ideas socio-políticas de la revolución de Rojava, conocida como una revolución de las mujeres, pueden realizarse a pequeña escala. Aún así Jinwar no comete el error de verse como una comunidad cerrada, tratando de realizar una utópica y visionaria sociedad en un espacio cerrado. Las mujeres de Jinwar se ven a sí mismas como parte de la revolución, conectadas con la creciente visión del confederalismo democrático, compartiendo unos principios éticos comunes y unos métodos fundamentales de organización social. Jinwar, como una comuna de mujeres, formará parte de la red de comunas, cooperativas y consejos organizados bajo el paraguas de las Kongreya Star. De esta forma los espacios y estructuras autónomas de mujeres se conectan entre ellas, organizandose en función de sus necesidades. Además, hay diversos intercambios y relaciones con los pueblos de alrededor, así como con mujeres de otros cantones e incluso de otros países, que vienen para participar en el debate y el trabajo de creación de Jinwar.

[su_pullquote align=”right”]La Jineolojî busca formular alternativas en todos los campos de la sociedad para recuperar la vitalidad, centrándose en campos como ética y estética, economía, demografía, ecología historia, salud, educación y política [/su_pullquote]

Otra base fundamental de conexión es la Jineolojî, la alternativa ciencia social de mujeres que se pone en práctica, se comparte y se desarrolla también en Jinwar. La Jineolojî busca construir una base de conocimiento, consciencia común y comprensión de la vida que difiera radicalmente de la concepción del sistema patriarcal. En contraste con la mayoría de conocimiento que emerge de la mayoría de instituciones científicas occidentales, la Jineolojî no objetiviza la sociedad, pues percibe el conocimiento y la verdad como algo que va de la mano con la vida ética. Basada en la rica historia del conocimiento y la resistencia de las mujeres de todos los tiempos, la Jineolojî busca formular alternativas en todos los campos de la sociedad para recuperar la vitalidad, centrándose en campos como ética y estética, economía, demografía, ecología historia, salud, educación y política. Estos campos no son categorías abstractas, sino que están directamente vinculados al amplio entendimiento de la sociedad y sus dinámicas sociales.

Cuando empiecen los procesos de formación en economía y ecología en Jinwar, estos estarán conectada con la práctica en las huertas comunales y la red de cooperativas. Respecto a la política, la cuestión central será la interacción entre las personas, así como la solución de los problemas y la toma de decisiones, sea en la comuna de mujeres, en el consejo del pueblo o en otro nivel de la sociedad. La Jineolojî ha sido desarrollada por el Movimiento de Mujeres Kurdas, pero cada vez se extiende más por otras partes del mundo, inspirando a mujeres y feministas con diferentes recorridos, creando un espació de confluencia que las una. De esta forma, las experiencias que se desarrollen en Jinwar pueden ser diseminadas entre la sociedad por todo el mundo, siendo parte del proceso de transformación hacia una sociedad ética y libre.

[su_pullquote] Tienes que gestionar estas contradicciones, tienes que verlas con todas sus raíces y sus diversas capas, sin tratar de evitar el conflicto y encontrando cada día soluciones de manera colectiva. [/su_pullquote]Hay otro aspecto admirable de jinwar: la ausencia de miedo a la hora de afrontar las contradicciones y dificultades que un proceso de revolución social conlleva. La lucha contra las mentalidades patriarcales ha estado presente desde que se planteó la creación del pueblo. ¿Qué hacer cuando te dispones a construir una casa con kerpiç (ladrillos de barro y paja) con un grupo de experimentadas mujeres, pero el primer hombre que pasa toma los kerpiç de tus manos con actitud de experto, aunque no tenga ni idea de construir con este tipo de ladrillos? ¿Qué haces si un grupo mixto viene para ayudar con el trabajo por primera vez, pero solo los hombres aparecen a la hora de comer porque la tradición local dice que mujeres y hombres no comen juntos, que las mujeres esperan a que terminen de comer los hombres para comer la comida que haya sobrado? Lo que podemos aprender de las mujeres del comité de Jinwar es: Tienes que gestionar estas contradicciones, tienes que verlas con todas sus raíces y sus diversas capas, sin tratar de evitar el conflicto y encontrando cada día soluciones de manera colectiva. Debes mantenerte firme en tus ideas y en tus vínculos con la gente que te rodea, sin perder tu mentalidad abierta y tu habilidad de lidiar con los problemas que afrontas en la realidad del día a día. Debes mantener un a actitud basada en el compromiso, una profunda conexión con la gente y la sociedad, una ética común, paciencia, una perspectiva clara y una visión colectiva. Ha sido también de gran importancia las reuniones constantes desde el comité de Jinwar para generar un proceso de reflexión colectiva, en base a la crítica y la auto-crítica. Por ultimo, ha sido también fundamental la conexión a las crecientes estructuras y la visión del confederalismo democrático, con la liberación de la mujer como base común de estas mujeres que han luchado toda su vida. Jinwar no va a convertirse en una pequeña utopía sin errores, pero puede convertirse en un lugar de honesta interacción, esperanza, voluntad de cambiar, de poner en práctica una significativa vida comunal y defenderla. Esto necesita un gran compromiso, amor y esfuerzo.

Cuando entiendes esta situación y te integras en este proceso, es inevitable darse cuenta que la revolución y sus valores se encuentran atacados cada día. Son ataques que provienen de mentalidades profundamente patriarcales y fascistas, que tratan de erradicar los avances de la revolución y controlar la fuerza y la resistencia de las mujeres. Estos son también los ataques de las fuerzas liberales de la modernidad capitalista, que tratan de minar lentamente los procesos de emancipación y la ética revolucionaria. Desde luego, encontrar siempre la forma de defenderse de estos ataques no es una tarea fácil, pero es gracias proyectos como Jinwar que podemos darnos cuenta que la revolución es posible, y que tenemos que vivirla y defenderla, manteniendo vivo el núcleo irradiador de esperanza y vívida resistencia de este pueblo y de las mujeres que lo construyen. Jinwar es una representación de la resistencia global y la creación de alternativas, conectada con todo aquello que lucha contra la mentalidad y las estructuras patriarcales; con quienes tienen la voluntad de vivir y defender una vida, una cultura y una ética significativas y revolucionarias. La lucha es la misma. Es nuestro objetivo hacer real esta conexión, aprender de las experiencias que se generan aquí, unirnos a la revolución conectándonos, apoyándonos y defendiéndonos mutuamente con una base común.

Jin, Jiyan, Azadî! – ¡Mujer, Vida, Libertad!

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