¡Contra la conspiración internacional, decimos la unidad de los pueblos del Medio Oriente!

El 9 de octubre de 1998, Rêber Apo (Abdullah Öcalan) abandonó Siria para evitar los ataques del Estado turco. En ese momento, Rêbertî tuvo que tomar una decisión: o bien ir a las montañas libres del Kurdistán para unirse a la guerrilla o a Europa en busca de una vía diplomática. Con el fin de evitar una escalada de la guerra, especialmente en las montañas, Rêber Apo se fue a Europa y buscando así una solución política a la cuestión kurda. En lugar de que Los Estados europeos se abrieran al diálogo, surgió una maraña de intrigas y traiciones que se había forjada durante años. Desde Atenas, pasando por Moscú, Roma y hasta Nairobi, Rêber Apo buscó un lugar donde exiliar-se continuar con su trabajo político. A pesar de que miles de políticos, periodistas, demócratas y la sociedad se mostraron solidarios en esos lugares, la OTAN se esforzó en que esto no pasara. Con los encabezado por los Estados Unidos como y varios servicios secretos, especialmente el Mossad. En cuatro meses, las conspiraciones de las potencias hegemónicas contra Rêber Apo llegaron a su punto álgido y lo extraditaron al Estado turco. En muchos niveles, esto supuso una declaración internacional de guerra contra todo el pueblo kurdo y su resistencia. Pero más allá de eso, la captura fue una intervención en el contexto de la Tercera Guerra Mundial, que tenía como objetivo ocupar y tomar el control de Oriente Medio. También fue un ataque a las fuerzas democráticas y a la ideología de la liberación de la mujer con el fin de borrar su fuerza social.

El 9 de octubre se convirtió en un día pesado para el pueblo kurdo. Cada año, el 9 de octubre, el papel principal de las fuerzas hegemónicas occidentales en la conspiración vuelve repetidamente a la mente. El Estado turco en particular siempre se apoya en la guerra psicológica. Es por eso que los días que rodean al 9 de octubre se utilizan a menudo como una oportunidad para llevar a cabo operaciones militares contra las fuerzas guerrilleras o contra la población kurda. Esto siempre enviaba un mensaje: la conspiración internacional y la intervención de Occidente continúan. El 9 de octubre de 2019, Turquía inició la guerra en Serekaniye, Kurdistán Occidental i el 12 de octubre de 2019, Hevrin Khalaf fue ejecutada en la calle por combatientes de Ahrar al-Sharqiya en Gire Spi, Kurdistán Occidental. Su asesino es ahora el comandante del «ejército oficial» sirio. El 9 de octubre de 2020, los traidores del KDP, el Estado Iraquí y la ONU firmaron un acuerdo para destruir la autonomía de Shengal, en el sur del Kurdistán. El 4 de octubre de 2022, los servicios de inteligencia turcos asesinaron a la revolucionaria Nagihan Akarsel en Sulaymaniyah, en el sur del Kurdistán. El 7 de octubre de 2023, el Mossad inició una nueva ofensiva contra los pueblos de Oriente Medio y lanzó la guerra contra la sociedad palestina en Gaza. Al mismo tiempo, también se produjeron intensos ataques aéreos turcos sobre el Kurdistán occidental. El 8 de octubre de 2023, 29 miembros de las fuerzas de seguridad contra el tráfico de drogas murieron mártires en un ataque aéreo turco en el Kurdistán occidental. También este año, el 7 de octubre, combatientes del «Ejército Sirio» atacaron los distritos kurdos de Sheikh Maksoud y Ashrafiah. Más de 60 personas resultaron heridas y dos murieron. Con estas sucias y continuas estrategias, el enemigo nos dice: «Oriente Medio es nuestro. Quien se rebele contra ello será destruido».

Aunque todo esto este pasando tanto en Kurdistán como en Gaza bajo la mentira de la «lucha contra el terrorismo», sabemos que en realidad se trata de eliminar a líderes fuertes como Rêber Apo, a pueblos resilientes y, sobre todo, a mujeres resistentes. Turquía, mostrando su «solidaridad» con palestina, intenta poner en contradicción a la sociedad Kurda y la Palestina con la vieja estrategia de dividide y venzerás. Solo una unión de fuerzas democráticas en Oriente Medio puede superar la hegemonía de los Estados trayendo una nueva perspectiva de vida. Ese es uno de los objetivos de Rêber Apos. Un sistema social construido sobre la base de la unidad de los pueblos. El nacionalismo y la mentalidad Estatal; porque Estado significa poder. Pero el poder de los pueblos, de la sociedad, no es una fuerza destructiva, sino constructiva. Vemos que no se trata solo del Kurdistán, y especialmente en la etapa actual en la que Rêber Apo está desarrollando la perspectiva de «Paz y una sociedad democrática». Se trata, como dice Rêber Apo, de detener la «gazaficación» de Oriente Medio, es decir, la masacre sistemática de las sociedades y la construcción de la hegemonía estatal y el fascismo en Oriente Medio. Porque ahora mismo, todo está en llamas. El objetivo no es avivar las llamas con más llamas, sino contrarrestarlas, fortalecer la corriente de la modernidad democrática y, así, hacer ineficaces a las potencias occidentales en Oriente Medio. El objetivo es la autonomía de los pueblos, la mujer libre y una sociedad democrática.

Para conseguir-lo, todas las fuerzas democráticas debemos trabajar juntas. Al igual que en Siria, donde kurdos, árabes, drusos, alevis, armenios, asirios y yazidíes se están uniendo contra el régimen islamista, nacionalista y misógino de Al-Sharaa, es hora de que todos los pueblos de Oriente Medio vean esta necesidad y se organizen. Es hora de que las fuerzas internacionalistas, como subraya Rêber Apo en su última perspectiva, refuercen su organización común para superar las contradicciones y la fragmentación que el sistema difunde conscientemente y, así, responder a la Tercera Guerra Mundial y al genocidio de los pueblos con una organización democrática e internacional. Nuestro objetivo central para lograrloes la libertad física de Rêber Apo. Él tiene la fuerza, el conocimiento, la conexión y la perspectiva para transformar Oriente Medio en un lugar de diversidad, democracia y coexistencia pacífica. Por ello nosotros, como internacionalistas en Rojava, hacemos un llamamiento a todas las mujeres, jóvenes, socialistas y comunalistas para que se unan a la lucha por liberación física de Rêber Apo. Este momento exige una postura clara que debemos adoptar con profunda convicción. Nuestra participación es al mismo tiempo una cuestión de vida, una participación en la defensa de la vida.

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