En memoria y homenaje a nuestro compañero Nano, heval Çiya – anarquista, montañero, internacionalista y compañero.
Nano, heval Çiya, es un compañero que difícilmente puede ser descrito con palabras. Aquellas que lo conocíamos, que compartimos vida y lucha con él sabemos que es difícil hacerle honor suficiente en un texto.
Heval Çiya, montaña, era más que un montañero, era amante de las montañas y de la vida que albergan y generan. Las montañas eran su casa, sus amigas. Quizás por eso se sintió tan unido a la lucha del pueblo kurdo, ese pueblo cuyas únicas amigas dicen son las montañas. Heval Çiya estuvo en dos ocasiones en Rojava. La primera vez en el 2015 dos meses en un proyecto civil de construcción de un hospital en Kobanê. La segunda desde otoño de 2016 hasta primavera de 2017 luchando como internacionalista en las YPG. Heval Çiya durante ese tiempo luchó en el frente de Al-Bab y tomo parte en la formación de la AIT – Anarchist International Tabur dentro de las YPG junto con otros compañeros internacionalistas. Porque heval Çiya era también anarquista. Anarquista de bondad, de corazón, socialista. Un anarquista que llevaba hasta las últimas consecuencias el significado de esa ideología. Amaba la vida, amaba a las personas, a todas, amaba la lucha por lo que era justo. Amor es lo que desprendía siempre a su alrededor. Heval Çiya tenía una personalidad revolucionaria de esas pocas que quedan en nuestro tiempo. Te hacia sentir siempre bien, cómoda, querías siempre estar más con él y continuar hablando. Su actitud en sí era una critica suficiente que te invitaba a ser mejor persona y mejor revolucionaria. Porque como bien nos decía, ser revolucionario es ser buena persona, y la anarquía no es más que la tendencia humana a la bondad. Nos repetía que esto es lo que había visto en los y las compañeras de la revolución en Kurdistán. El amor, el cariño con el que hablaba de los hevals en Kurdistán es indescriptible. Su forma de explicar Rojava y el Kurdistán era a través de la personalidad de las compañeras, de las hevals, de los valores transmitidos a la sociedad. Si querías conocer qué revolución estaba teniendo lugar en Rojava, él te contaba la vida y personalidad de compañeras Şehîds, su ética y su bondad. Él tomó este ejemplo, porque ya lo llevaba dentro, y fue un ejemplo para el resto transmitiendo estos valores cada segundo.
Heval Çiya vivía en las montañas del Pirineo aragonés. Tenía una fuerte consciencia de la tradición revolucionaria de resistencia de ese lugar y una profunda conexión con la lucha del pueblo vasco, la lucha antifascista y la revolución anarquista del 36 en España. Esas montañas del Pirineo albergaron también la resistencia de guerrilleros antifascistas y de internacionalistas que en el 36 nos traían un mundo mejor en sus corazones. Heval Çiya trabajaba muchísimo para unir esta tradición revolucionaria e internacionalista. Recorrió el Pirineo buscando las rutas de los maquis, descubriendo sus cuevas, escribiendo artículos en revistas de montaña que rescataban esta memoria que el fascismo y la democracia española han intentado siempre aniquilar. Y escalaba siempre. Desde que estuvo en Kurdistán esas nuevas rutas de escalada que abría llevan el nombre de mártires del Kurdistán. El Pirineo aragonés está ahora albergado también y bien protegido con la memoria de decenas de Şehîds.
Nano, heval Çiya, es aún extraño andar por aquí y pensar que ya no estás, dejas un vacío enorme en estas montañas y en nuestros corazones que va a ser difícil de llenar. Pero sobre todo me dejas con la certeza más que nunca de que el internacionalismo y la lucha revolucionaria es el camino, continuarlo siempre, va a ser el mejor homenaje.
Quiero recordarte con un poema que nos nombrabas en varias ocasiones cuando hablabas de los y las compañeras Şehîds de Kurdistán. Cada compañero tiene un pedazo de sol, tu eras un sol para nosotras, que alumbraba nuestro camino y nos calentaba en las situaciones que parecían más frías. Siempre alumbrarás nuestra noche, esta larga noche que caminaremos sin descanso hasta que salga finalmente el sol.
Por todos los şehîds y todas las compañeras que han dado su vida en la lucha. Nos vemos en las montañas.
Şehid namirin.
“cada compañero tenía un pedazo de sol/
en el alma/ el corazón/ la memoria/
cada compañero tenía un pedazo de sol/
y de eso estoy hablando
no estoy hablando de los errores que
nos llevaron a la derrota/ por ahora/
no estoy hablando de la soberbia/ la ceguera/ el delirio
militarista de la conducción/
estoy diciendo que cada compañero tenía un pedazo
de sol
que le iluminaba la cara/
le daba calor en el pavor nocturno/
lo abellaba alegrándole los ojos/
lo hacía volar/ volar/ volar/
¿se apagaron esos pedazos de sol ahora?/ ahora que los compañeros murieron/ ¿se
apagaron sus pedazos de sol?/ ¿no siguen alumbrándoles alma/
memoria/ corazón/ calentándoles el calcañar/
los huesos disparados de sombra?
solcito que se apagaba así/
todavía alumbrás esta noche/
en que estamos mirando la noche
hacia el lado por donde sale el sol”.
– Juan Gelman, Nota XIII
Viyan, Diciembre 2019