Los zapatistas de la región autónoma en Chiapas han denunciado una creciente presencia de militares, policías, grupos paramilitares, espías e informantes desde 2019. Recientes revelaciones del grupo Guacamaya revelan una gran red de espionaje e investigación por parte de SEDENA (Secreatria de Defensa Internacional), actuando contra fuerzas democráticas como las comunidades zapatistas y sus simpatizantes. También se han producido ataques físicos como secuestros, torturas y agresiones con armas de fuego. El 22 de mayo, la organización paramilitar ORCAO atacó la base zapatista en el municipio autónomo de Moisés Gandhi, resultando gravemente herido el compañero Gilberto López Sántiz. Tanto Chiapas como el Kurdistán sufren el ataque constante de la modernidad capitalista.
Los zapatistas se enfrentan a la implacable agresión del gobierno mexicano, fuertemente alineado con Estados Unidos. En el Kurdistán, el Estado fascista turco lanza ataques. Estas agresiones de los Estados-nación no son casuales; representan el modus operandi de la modernidad capitalista, a la que los zapatistas también se refieren como la hidra capitalista. El Subcomandante Insurgente Galeano describe el actual sistema capitalista como uno que impone su lógica en todo el mundo. Este sistema busca controlar todos los aspectos de la vida social y se manifiesta en diversas formas y espacios. La hidra del capitalismo muerde por todos lados, convirtiéndose en un monstruo despiadado y cruel, que divide a la humanidad en gobernantes y gobernados.
Los ataques contra los pueblos indígenas y las fuerzas democráticas en todo el mundo, como los de Chiapas y Kurdistán, ponen de relieve la necesidad de unir a las fuerzas democráticas en todo el mundo. Ejemplos de ello son los ataques a la comunidad zapatista de Moisés Gandhi y la aprobación de leyes en Brasil que niegan a los pueblos indígenas el derecho a regresar a sus tierras ancestrales. En el Kurdistán, el gobierno fascista turco lleva a cabo sucesivos ataques en las montañas del Kurdistán meridional, mientras que Rojava se enfrenta a una “guerra de baja intensidad” y a amenazas constantes de asaltos terrestres a gran escala. Makhmur, un campamento de refugiados autoorganizado del sur del Kurdistán, ha sido un hervidero de resistencia desde finales de la década de 1990. Sus residentes, similares a muchas comunidades de Chiapas, abandonaron sus aldeas en Botan, Kurdistán del Norte, para evitar ponerse del lado del Estado contra el PKK. Se organizaron basándose en el paradigma de confederalismo democrático de Abdullah Öcalan.
Recientemente, el gobierno iraquí lanzó varios ataques, desplegando vehículos militares e intentando cercar Makhmur con vallas. Sin embargo, la sociedad resistió, defendiéndose con éxito incluso ante los disparos del ejército. Tras 16 días, el ejército se retiró. Detrás de este ataque se encuentran Turquía, los colaboradores kurdos y Estados Unidos. Irak actúa bajo la presión del Estado turco y del KDP. El campamento de Makhmur supone una importante amenaza para la modernidad capitalista, ya que ofrece una alternativa a los Estados-nación y a la opresión regional, defendiendo eficazmente la moralidad y la vida en común.
La persecución de la autogestión y la autonomía por parte del sistema de Estados-nación es evidente en el Kurdistán, Chiapas y muchos otros lugares del mundo. Estas dinámicas se producen en el contexto de lo que el Movimiento Apoísta denomina la Tercera Guerra Mundial, en la que el mundo se está transformando en un orden multipolar en el que los Estados-nación luchan por su influencia. Las contradicciones entre los Estados-nación y las fuerzas globalistas, los conflictos, las guerras de baja intensidad, la rápida formación y disolución de alianzas y la posibilidad de guerras de gran envergadura, como la que enfrenta a EEUU/OTAN y China, ponen de relieve estos tiempos caóticos. Las fuerzas democráticas deben utilizar este espacio para organizarse, institucionalizar alternativas y practicar la autodefensa.
Nuestra respuesta a estos ataques debe ser el internacionalismo contemporáneo, fomentando la solidaridad entre los pueblos que se enfrentan a sucesivos ataques en su lucha por vivir de acuerdo con sus valores y raíces. Si somos atacados, nuestra respuesta debe ser coordinada, arraigada en nuestros ideales e impulsada por formas creativas de autoorganización. Sehid Bager Nûjiyan, que encontró la verdad en las montañas libres del Kurdistán después de explorar la realidad del pueblo de Chiapas, subraya en sus escritos que las luchas zapatista y kurda son inseparables. Forman parte de una revolución global, que puede verse como una revolución cultural, una lucha por un modo de vida diferente. Es hora de una nueva alianza contra la modernidad capitalista.
Como internacionalistas de la Comuna Internacionalista de Rojava, apoyamos las demandas del Congreso Nacional Indígena con respecto a los recientes ataques a las comunidades zapatistas. Instamos a los aliados de la Revolución de Rojava a mostrar su apoyo al pueblo de Chiapas que se enfrenta a la guerra. La mejor manera de apoyarlos es construyendo alternativas a la modernidad capitalista donde quiera que estemos, organizando nuestras comunidades y alrededores, estableciendo comunas, creando instituciones educativas, reclamando el control sobre nuestra economía, discutiendo la autodefensa social y empoderando a nuestras comunidades para vivir una vida de libertad y dignidad. Para asegurar un futuro para nuestro mundo, necesitamos un cambio, y ese cambio debe empezar por nosotros y nosotras.
En este sentido, debemos intensificar nuestros esfuerzos para desarrollarnos según la cultura y la ética revolucionarias, tejer hilos entre las sociedades y las luchas de todo el mundo y luchar por una respuesta global a los acuciantes problemas a los que se enfrenta hoy la humanidad.
¡Estamos con la resistencia en Makhmur, Chiapas, y en todas partes donde la gente lucha por una vida digna y lucha por una alternativa socialista!
¡Viva Zapata!
¡Bijî Berxwedana Makhmûrê! – ¡Viva la resistencia de Makhmûr!
¡Bijî Şoreşa Cihanê! – Viva la Revolución mundial!”
Internationalist Commune of Rojava,
20.06.2023