Ser parte de la revolución

Sobre el trabajo de los internacionalistas en las instituciones civiles de Rojava

La revolución de todas las formas de relaciones existentes en sociedad ha estado avanzando en Rojava durante 6 años, pero está lejos de ser completada -como si tal cosa fuera posible. Al contrario, está empezando. Tiene que ser defendida contra sus enemigos, profundizada y continuamente llevada más lejos. Por esta razón los internacionalistas que van a Rojava no vienen como turistas que pueden observar un trabajo acabado. Rojava no es un museo donde la Revolución puede ser examinada y medida. Rojava no es un monumento de pasadas batallas. Rojava es un organismo vivo que se desarrolla. Y aquellos que lo aprovechan como revolucionarios se convierten en parte de ello.

Nosotros somos internacionalistas en esta todavía joven revolución que vinieron de diferentes países y diferentes tradiciones políticas. La mayoría de nosotros comparte la idea de que vinimos para ganar una experiencia que también nos será útil para trabajar en los grupos y estructuras de nuestros países.

Por eso la participación directa en la diferentes ramas del trabajo civil de la revolución es una parte importante de la educación hecha posible gracias a la Comuna Internacionalista: En las estructuras de mujeres y jóvenes, en comunas y cooperativas. Después de una educación básica que incluye ideología y lengua, facilitamos ir trabajar en la sociedad.

Aprender a vivir con contradicciones

“Viniendo de Europa, donde la Revolución puede ser tratada de una manera más bien teórica y también la perspectiva sobre Rojava mayoritariamentee se queda también en teoría, Yo al principio me sorprendí de tantas dificultades, compromisos y problemas que encontré en esta revolución”, dice heval Baran desde Alemania, quien vino al Kurdistán hace un año. “No puedes desarrollar un Sistema para una sociedad libre sin contradicciones sentada en tu escritorio o teniendo discusiones teóricas abstractas y luego ponerlo en práctica tal cual. La Revolución es un proceso en el que encuentras contradicciones todo el tiempo. Sobrellevar estas contradicciones y resolverlas paso a paso sin perder la perspectiva revolucionaria, eso es algo que la gente puede aprender en Rojava”.

La razón de las contradicciones dentro de la construcción de una nueva sociedad en Rojava consiste no solamente en el hecho de que estamos en una zona de guerra. La influencia del capitalismo no se visibiliza solamente en aviones de guerra o tanques. “Una de las vías del capitalismo moderno de influenciar la juventud son los videojuegos. En Hileli hay cuatro lugares llamados Counters donde la juventud va después de la escuela para jugar al Counter Strike hasta la tarde”, dice un internacionalista italiano que estuvo un tiempo trabajando en Hileli, un barrio en las afueras de Qamislo. “Como consecuencia de jugar excesivamente, se dedican menos a la realidad en la que viven. Se vuelven pasivos. Su identidad es definida por jugar a videojuegos y los Counters se convierten los centros de sus relaciones sociales”. Se pueden encontrar concepciones superficiales y sexistas de la belleza entre la juventud, así como el uso del alcohol y las drogas como intento de escapar de una realidad percibida como depresiva: “Las crueldades de la guerra emprendida por Daesh tienen un impacto muy destructivo en la población joven sin una fuerte consciencia política. Después de experiencias traumáticas la juventud se pasa a alcohol buscando distracción y evasión, a pesar de que la bebida no está aceptada por la sociedad tradicional ni por el movimiento político”, explica. “ A parte de los ataques militares cometidos por Daesh, el régimen Sirio y el estado fascista Turco, también hay ataques de la mentalidad capitalista dirigidos especialmente a la juventud con el objetivo de debilitar la revolución”.

La complexidad de la revolución se extiende en todas las áreas de la sociedad: Las estructuras de la familia patriarcal necesitan ser superadas, las estructuras feudales de los clanes deben ser transformadas sin causar enemistades abiertas dentro de la nueva sociedad. El abastecimiento económico tiene que ser garantizados incluso bajo las condiciones más difíciles.

La revolución es una lucha que se combate no solo militarmente. La organización es la clave del éxito. “Esto hace que los trabajos de los revolucionarios en Rojava sean todavía más importantes. Si la juventud tiene un buen aprendizaje podrá desarrollar una cultura e identidad revolucionarias. Este trabajo requiere una involucración diaria con la juventud, sus familias, en los Counters y los centros de jóvenes. Requiere discusiones diarias sobre los deseos y metas de la juventud y su organización dentro de las estructuras revolucionarias existentes”, dice heval Serhildan.

Construyendo la auto-administración

Cemile de Francia nos cuenta sobre aquellos que combaten esta implacable lucha. Ella empezó sus primeros trabajos en Kobane con la Unión Juvenil de Rojava (YCR). “El objetivo de nuestro trabajo en Rojava era motivar a la juventud de formar parte del trabajo revolucionario y participar en todas las estructuras sociales y de esta manera liberarles de su rol pasivo en el sistema capitalista”, evoca. “La revolución aquí en Rojava es liderada por el movimiento autónomo de mujeres y las estructuras de jóvenes. La juventud es todavía creativa y abierta al cambio. Ellos no tienen miedo de ir por nuevos caminos y participan con mucha energía y entusiasmo en todo tipo de trabajos. Esto genera una enorme fuerza social. Los numerosos maestros jóvenes finalmente tienen la posibilidad de enseñar en un lengua materna y hacer investigación. Ellos entienden la importancia de una educación independiente y de traspasar su conocimiento.”

El trabajo entre la juventud apunta a la construcción de estructuras de auto-administración democrática: “Una gran meta de nuestros trabajos era dar a la juventud una voz política acercándolos a la práctica de la auto-administración. Construyendo consejos jóvenes, organizaciones de jóvenes y haciendo asambleas para que ellos puedan poner en común sus opiniones y sugerencias, hablar sobre sus realidades y así fortalecerse.”

Para Cemile, como para docenas de otros internacionalistas en los trabajos civiles, estas experiencias señalan el camino a seguir en su trabajo en Europa: “Todo en este tiempo fue muy bonito y educativo” dice. “Lo especial aquí, en oposición a vivir y trabajar en Europa, es la obertura de la sociedad hacia las críticas, discusiones y apoyo. Te aproximas a la gente y, mediante el conocimiento y la comprensión mutuas, solucionas los problemas o previenes que lleguen a suceder. Muchos hechos y procesos son todavía complejos y lejos de la perfección pero hay un rápido desarrollo de la mentalidad y la manera de organizar la sociedad, así como en la desarrollo de la situación económica y el sistema educativo. Estos desarrollos y métodos me hacen saber con certeza que esta revolución continuara avanzando a pesar todas las hostilidades e influencias del exterior – tanto del estado Turco como e la ideología capitalista en general- y que seguirá marcando el camino del trabajo revolucionario en todo el mundo”.

Dialécticas de perspectivas

Trabajar en sociedad es también un encuentro con diferentes puntos de vista. “Mi perspectiva internacionalista era algo importante que podía transmitir a la juventud: la importancia de sus pasos para los procesos revolucionarios en todas partes, su función como referente para otros, la confección con diferentes luchas que considero necesaria para un cambio revolucionario global” dice Cemile. Mientras contribuyen con sus experiencias de otros movimientos de izquierda en las luchas locales, los internacionalistas al mismo tiempo cambian sus propios paradigmas de pensamiento y percepción. Ellos pueden, de hecho, aprender como trabajar fuera de sus “espacios de confort” o “subcultura” entre la “población”. Ellos aprenden cuanta paciencia esto requiere pero también a mostrarse como seres humanos en lugar de misioneros revolucionarios.

“Desde el punto de vista de una izquierda radical que más bien se distancia de la sociedad en lugar de intentar organizarla, trabajar con la sociedad fue una experiencia muy importante”, dice Baran de Alemania. “Visitar las familias desempeña un papel muy importante en estos trabajos. Tanto las familias que apoyan la revolución a como las cercanas al KPD o al régimen Sirio. Para mí el trabajo político siempre consistió en hacer llamadas a la acción, organizar marchas de protesta, sentarme en reuniones y otras actividades parecidas. Durante mi tiempo en Derik experimente cuan importante puede ser visitar a una familia y cenar con ella”

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