Queridas compañeras y compañeros, las que caminamos de forma solidaria por la libertad de Abdullah Öcalan y todos los presos políticos en Turquía y el mundo, la defensa de la revolución de Rojava y el fin de la invasión turca en Afrín os saludamos.
Venimos de diferentes partes del mundo, más de 17 nacionalidades y orígenes diversos. No podemos negar que en cada uno de nuestros sitios de orígen tenemos luchas y resistencias que se manifiestan a diario. Sin embargo dado los lazos históricos existentes entre nuestros pueblos, no podemos negar que aquello que ocurra en vuestra tierra tendrá repercusión a nivel global y seguramente nos inspirará a luchar contra las instituciones opresoras en allí donde estemos. En este sentido, hoy en día en cada territorio se están haciendo diferentes acciones para aumentar la resistencia al sistema y todas estamos de acuerdo con dar nuestro apoyo total a la revolución de Rojava.
La mayoría de las que estamos aquí no hemos sufrido lo que vosotras en la diaspora, estáis sufriendo. Podemos viajar e incluso ir a vuestra tierra mientras a ustedes se les deniega ese derecho. ¿Qué mundo es este, donde las hijas de Kurdistán no pueden ir a su casa, visitar a su familia, vivir y morir en su tierra? Esto nos lleva a nosotras a tener una posición de privilegio, y este privilegio nos conlleva una responsabilidad innegable: el trabajar incansablemente para que no hayan más fronteras ni guerras, para que las hijas de vuestra tierra puedan volver, para que el fuego de la revolución ilumine cada rincón de este mundo y no quede nadie en este mundo que se tenga que ir de su amado hogar de forma forzosa.
Estamos convencidas que las naciones sin estado volverán a tener el lugar que les ha sido robado por los estados nación. Pero para vosotras esto ya es una realidad: habéis recuperado Rojava de las manos del régimen sirio y la habéis defendido del ISIS, habéis construido un sistema político como el Confederalismo Democrático en contraposición a los estado-nación, habéis desarrollado una economía ecológica frente a la explotación industrial de la madre tierra, las mujeres están recuperando y construyendo sus propios espacios que el patriarcado y capitalismo les había arrebatado, vuestros jóvenes quieren volver a su tierra y vuestras abuelas la defienden con las armas si así es necesario. Por todo ello tenemos el deber conjunto de defender la revolución de Rojava para que esa llama arda cada vez más y nos alumbre el camino hacia la liberación colectiva, hacia un mundo más justo y de paz.
Estamos ante el ocaso de la civilización capitalista y el amanecer de la modernidad democrática. Nosotras como internacionalistas respondemos a vuestra invitación de remar todas juntas en el mismo barco contra las fuerzas capitalistas que se defienden a base de bombas de su inminente caída.
Ni la lluvia, ni la nieve, ni los insultos y provocaciones de los fascistas turcos han parado nuestra determinación de caminar por la libertad de Abdullah Öcalan y todos los prisioneros políticos en Turquía y el mundo, por la defensa de la revolución en Kurdistán y por el fin de la invasión en Afrin.
Como internacionalistas os saludamos y respetamos, vuestra lucha nos inspira y llena de vida.
Larga vida a los pueblos que luchan, la resistencia es vida.
Larga vida al pueblo kurdo que se ha decidido a no ser aniquilado.
Larga vida a la revolución de Rojava.
Larga vida a la solidaridad y fraternidad entre los pueblos.