El mensaje de Rêber Apo para el 25 de noviembre:

La sociedad no es una estructura de clases unidimensional, es un campo de lucha basado en el género, es histórico y esta formado por muchas capas. El primer y mayor problema de la humanidad es la contrarrevolución, que comenzó con la esclavitud de la mujer, atacó las comunas y la socialización construida en torno a ella. La violencia doméstica, el asesinato de mujeres y la discriminación por parte del patriarcado son signos y una continuación de este ataque histórico. La estructura de castas que atacó la comunidad y la socialización en torno a las mujeres se transformó más tarde en Mesopotamia en el consejo de los dioses, los sacerdotes sumerios, y de ahí en faraones y reyes, lo que perpetuó la opresión patriarcal de la sociedad.

En esta era, la mujer es la materia prima más valiosa del capitalismo. Su cuerpo se vende, su personalidad se ofrece al mercado. La mujer, cuyo espíritu también ha sido ocupado por el hombre, lucha con la misma daga de la esclavitud que el sistema patriarcal le ha puesto en la mano. La jerarquía social patriarcal con el estado, creada por milenios de guerra civilizatoria, trae consigo violencia y guerra. La civilización patriarcal ha privado a las mujeres del lenguaje, la producción, el cuerpo femenino y, en consecuencia, la propia sociedad. Mientras no se reconozca esta verdad, no se podrá dar ningún paso hacia la libertad.

Es necesario comprender y resolver la difícil situación que el sistema patriarcal ha impuesto a las mujeres. Si tenemos en cuenta el asesinato, la violencia doméstica, la violencia contra las mujeres y el colonialismo discriminatorio, vemos que el alcance de su esclavitud es mucho mayor de lo que se puede imaginar. Las mujeres han sido completamente sometidas. Su realidad se ha puesto patas arriba. Las joyas que las mujeres llevan como adorno y como símbolo de estatus, los collares que lucen alrededor del cuello, los piercings que llevan en la nariz, son todos signos de esclavitud que se han mantenido a lo largo de la historia. En la modernidad capitalista, la esclavitud de las mujeres se ha profundizado aún más; el sistema ha convertido a las mujeres en un instrumento del mercado y de la ornamentación. Para liberarse de esta esclavitud sistemática, para alcanzar la libertad, se requiere una profunda comprensión y organización.

Ningún movimiento de liberación para la sociedad puede ser una verdadera revolución si no hace de la libertad de las mujeres su pilar fundamental. Veo las relaciones entre mujeres y hombres muy problemáticas. Hemos hecho de la liberación de las mujeres nuestro principio y hemos evaluado las relaciones en consecuencia. La mayor parte de nuestro trabajo es entorno a ella. Es importante comprender la relación y el conflicto entre la mujer y el hombre. Hemos analizado y evaluado la dominación masculina, que obstaculiza la libertad de las mujeres y las esclaviza en todos los sentidos. Hemos creado una sociología de la libertad. Está claro que es difícil ser mujer y que la liberación no es fácil, pero las mujeres deben hacerlo con valentía. Para eliminar la daga de la dominación masculina que se ha clavado en la espalda de la humanidad y construir una vida libre y democrática, deben tomar la iniciativa.

Abdullah Öcalan

El mensaje de Rêber Apo para el 25 de noviembre:

La sociedad no es una estructura de clases unidimensional, es un campo de lucha basado en el género, es histórico y esta formado por muchas capas. El primer y mayor problema de la humanidad es la contrarrevolución, que comenzó con la esclavitud de la mujer, atacó las comunas y la socialización construida en torno a ella. La violencia doméstica, el asesinato de mujeres y la discriminación por parte del patriarcado son signos y una continuación de este ataque histórico. La estructura de castas que atacó la comunidad y la socialización en torno a las mujeres se transformó más tarde en Mesopotamia en el consejo de los dioses, los sacerdotes sumerios, y de ahí en faraones y reyes, lo que perpetuó la opresión patriarcal de la sociedad.

En esta era, la mujer es la materia prima más valiosa del capitalismo. Su cuerpo se vende, su personalidad se ofrece al mercado. La mujer, cuyo espíritu también ha sido ocupado por el hombre, lucha con la misma daga de la esclavitud que el sistema patriarcal le ha puesto en la mano. La jerarquía social patriarcal con el estado, creada por milenios de guerra civilizatoria, trae consigo violencia y guerra. La civilización patriarcal ha privado a las mujeres del lenguaje, la producción, el cuerpo femenino y, en consecuencia, la propia sociedad. Mientras no se reconozca esta verdad, no se podrá dar ningún paso hacia la libertad.

Es necesario comprender y resolver la difícil situación que el sistema patriarcal ha impuesto a las mujeres. Si tenemos en cuenta el asesinato, la violencia doméstica, la violencia contra las mujeres y el colonialismo discriminatorio, vemos que el alcance de su esclavitud es mucho mayor de lo que se puede imaginar. Las mujeres han sido completamente sometidas. Su realidad se ha puesto patas arriba. Las joyas que las mujeres llevan como adorno y como símbolo de estatus, los collares que lucen alrededor del cuello, los piercings que llevan en la nariz, son todos signos de esclavitud que se han mantenido a lo largo de la historia. En la modernidad capitalista, la esclavitud de las mujeres se ha profundizado aún más; el sistema ha convertido a las mujeres en un instrumento del mercado y de la ornamentación. Para liberarse de esta esclavitud sistemática, para alcanzar la libertad, se requiere una profunda comprensión y organización.

Ningún movimiento de liberación para la sociedad puede ser una verdadera revolución si no hace de la libertad de las mujeres su pilar fundamental. Veo las relaciones entre mujeres y hombres muy problemáticas. Hemos hecho de la liberación de las mujeres nuestro principio y hemos evaluado las relaciones en consecuencia. La mayor parte de nuestro trabajo es entorno a ella. Es importante comprender la relación y el conflicto entre la mujer y el hombre. Hemos analizado y evaluado la dominación masculina, que obstaculiza la libertad de las mujeres y las esclaviza en todos los sentidos. Hemos creado una sociología de la libertad. Está claro que es difícil ser mujer y que la liberación no es fácil, pero las mujeres deben hacerlo con valentía. Para eliminar la daga de la dominación masculina que se ha clavado en la espalda de la humanidad y construir una vida libre y democrática, deben tomar la iniciativa.

Abdullah Öcalan

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