Soy un internacionalista de Alemania en Rojava donde llevo mucho tiempo para involucrarme activamente en la revolución y aquí he trabajado en diferentes áreas sociales. El año pasado, en diciembre, tuvimos la situación de fuertes amenazas contra la revolución de Rojava en la que Erdogan, el régimen fascista del AKP-MHP, amenazó a la Federación Democrática del Noreste de Siria. Erdogan amenazaba con aniquilar completamente la revolución y, después de Afrin, tomar también las áreas alrededor de Minbic, Kobanê y el cantón de Cizîre.
¿Dónde estabas tu en ese momento y cuál fue tu experiencia?
En el momento de las amenazas yo estaba en Qamislo. Estábamos allí con la juventud revolucionaria haciendo trabajos sociales. Entre otras cosas, construimos un centro deportivo para artes marciales, Taek-Wando y Kickboxing. El barrio en el que estaba es un barrio grande, de unos 20.000 habitantes. Hay 27 comunas, hay más de 170 familias con mártires de YPG e YPJ. Podemos decir que es un distrito donde una gran parte de la población apoya y participa en la revolución y también está organizada en las comunas y en varias instituciones, como son el movimiento de mujeres y de jóvenes.
Al principio, cuando surgieron las amenazas, hubo un gran movimiento en la sociedad. Recuerdo, por ejemplo, que convocamos una gran reunión. Una reunión en la que participaron todos los copresidentes de las comunas. En esta reunión hablamos con la población, discutimos lo que había que hacer y lo que se podía hacer para apoyar a las fuerzas militares. Poner en práctica el concepto que llamamos Guerra Popular Revolucionaria. Esta reunión me impresionó personalmente en ese momento. En esa gran sala se habían reunido los copresidentes de las comunas, 27 mujeres y 27 hombres y algunos miembros de la juventud revolucionaria. Sobre todo, las mujeres irradiaron un gran poder en la asamblea. Desde el principio se subrayó que están dispuestos a defender la revolución, a tomar las armas en sus manos y a no permitir que Rojava sea ocupada por el Estado fascista turco y sus bandas yihadistas. En esta reunión se decidió que se crearían diferentes comisiones. Comisiones para defender la revolución, comisiones que apoyan directamente a las fuerzas militares y que contribuyen en diferentes partes a la defensa para fusionar a las unidades militares y al pueblo en una fuerza unida.
¿Cómo eran estas comisiones?
Estas comisiones consistían, por un lado, en la logística y la medicina y, por otro, en el trabajo práctico para construir posiciones militares. También había una comisión para hacer que el trabajo de reconocimiento del enemigo, como los aviones no tripulados y los bombardeos aéreos, se quedasen en nada. Después de esta reunión, estas comisiones fueron implementadas en todas las comunas.
Nosotros, como jóvenes revolucionarios, hemos intentado apoyar a las comunas en este trabajo.
¿Cómo debemos imaginar esto en la práctica? En la práctica íbamos todos los días a las comunas, íbamos a las familias, tomábamos té con ellas, discutíamos y tratábamos de apoyarlas de manera muy práctica en ese proceso. Cuando construimos una posición defensiva, por ejemplo, tomamos palas y picos y empezamos a cavar en los jardines, construyendo pequeños búnkeres que protegen contra los proyectiles de artillería. Construimos defensas justo en la frontera. Tenemos que imaginar que el distrito está muy cerca de la frontera turca, donde se visualiza el muro y la ciudad de Nisêbîn en Kurdistán del Norte. Allí llenamos sacos de arena y construimos pequeñas posiciones detrás de las paredes del jardín.
La Comisión de Salud ha intentado organizar la educación de primeros auxilios en las comunas. En una comuna llamada S. Xebat, que está muy bien organizada, la educación se puso en marcha al poco tiempo. Allí, más de 70 mujeres y jóvenes recibieron formación médica para poder prestar primeros auxilios en caso de que el distrito quedara aislado durante la guerra, para atender a las personas heridas y las necesidades sanitarias más básicas. Por supuesto, uno también debe imaginar que en una situación así también se guardan suministros ya que la población realmente se está preparando para lo peor, la guerra.
Otra parte muy importante fue, por supuesto, la movilización para preparar a la gente para la situación de guerra, para hablar con ellos. ¿Qué significa esto en la vida diaria y en la práctica? Nosotros, como militantes revolucionarios, tenemos que unirnos con el pueblo para ganar esta guerra ya que las fuerzas militares por sí solas no podrían ganarla y es muy importante que se conviertan en uno con la gente que conoce el distrito, y que debe quedarse. Si la población abandona el distrito, sería muy difícil ganar esta guerra. Esto significa que hemos tenido muchas conversaciones con personas y familias, por supuesto hubo muchas dificultades, pero también muchos momentos agradables.
Especialmente la propaganda que se hizo en los medios de comunicación, por Erdogan, y la propaganda de los EE.UU. de que se retirarían, influyó en nuestro trabajo. Podemos llamar a esta propaganda un Estado de guerra especial. Una y otra vez, cuando los Estados Unidos hicieron declaraciones sobre si se irían o se quedarían, influyó en las conversaciones que mantuvimos con la gente. Algunas familias no podían creer que la guerra pudiera llegar, otras confíaban mucho en los EE.UU. y, por supuesto, también había muchas que decían que no importaba lo que dijeran los EE.UU., no importaba lo que dijeran las fuerzas imperialistas, sólo podíamos defendernos nosotros mismosy de acuerdo con ese entendimiento trabajamos, esa era también nuestra línea en la organización con la gente de Rojava y Qamislo.
Nuestra tarea como juventud revolucionaria era, como he dicho, apoyar a las comunas en las diferentes comisiones. Pero, por supuesto, también tuvimos que organizar a los jóvenes. En ese momento éramos algunos internacionalistas, divididos entre diferentes trabajos y tratábamos de fortalecer las tareas defensivas de la juventud, de ganar nuevos jóvenes y también de formarlos. Estas son unidades de entrenamiento muy simples, no se trata de un entrenamiento militar muy amplio, sino de lo básico. No sabíamos cuándo comenzaría la guerra. ¿Empezará mañana, empezará en una hora, nos quedan dos semanas? Tener tanta incertidumbre no es una situación fácil, por lo que en consecuencia intentamos organizarnos y actuar.
Hay que decir que los jóvenes están muy bien organizados en Rojava y no sólo la juventud revolucionaria, sino que la juventud desempeña sobre todo un papel importante dentro de las unidades de defensa YPG/YPG y en las fuerzas de seguridad de Asayis. Esto significa que en nuestro distrito había varios cientos de jóvenes que ya estaban organizados en las diferentes unidades por lo que nuestro objetivo era convencer a los jóvenes que aún no estaban organizados para que se alzarán por la revolución y la defendieran.
¿Qué hay del trabajo que hacías antes de la movilización? En esa situación, ¿había sólo el enfoque en la guerra?
No, no es que sólo estuvieran en primer plano los trabajos de movilización y de defensa de Rojava, por supuesto, seguimos intentando continuar con el trabajo cotidiano a pequeña escala. Las tareas se complementan y están inseparablemente conectados entre sí en la Guerra Popular Revolucionaria. Intentamos trabajar en nuestro centro deportivo e intamosemos ofrecer un programa cultural en el centro juvenil. Sí, para poder seguir viviendo con normalidad en la sociedad. No sabíamos cuándo llegaría la guerra y no sabíamos lo difícil que sería. Por lo tanto, no hubiese sido bueno centrarse sólo en el trabajo militar. También es importante expandir la organización social en todas las áreas, ya sea la organización de los jóvenes, ya sea la organización de programas deportivos revolucionarios o programas culturales. Sigue siendo importante permanecer activo en todos los ámbitos y desarrollar la revolución paso a paso, también en el área de la educación y la salud, en todas las áreas que podemos imaginar, donde el cambio revolucionario es posible.
¿Qué te llevas, como internacionalista en Rojava, de esta época?
Por último, me gustaría decir que esta experiencia fue realmente una experiencia revolucionaria muy valiosa para mí, intensa y profunda. Una experiencia que aún no había tenido en Rojava. Creo que fue lo mismo para todos los que estuvimos en estas tareas. Desafortunadamente, los otros compañeros no tienen mucho tiempo para explicar su experiencia personal. También sería muy emocionante lo que las compañeras pueden explicar del trabajo con las jóvenes. Creo que esos momentos son los más bonitos y valiosos para los internacionalistas, conseguimos sentir realmente el poder que hay aquí, sentir la unidad de la población, ya sean árabes, kurdos, armenios o asirios y entender la unidad con las fuerzas militares, ver realmente que el YPG/YPJ es una fuerza que ha salido del pueblo y de las familias para defender a la sociedad. Las propias familias son la revolución. Estas son experiencias realmente importantes, también para lidiar con las contradicciones ya que no siempre fue fácil tener estas conversaciones. Tampoco es que realmente el 100% de la gente apoye esta revolución. El trabajo cotidiano convincente y constante es necesario para seguir motivando a la gente a pesar de la guerra. Hay que trabajar juntos, no hay otra solución, la resistencia debe continuar para aplastar al imperialismo, al capitalismo y al patriarcado.
Por eso quiero aprovechar esta oportunidad para invitar a todos una vez más a venir a Rojava y unirse a esta revolución. Esta es la revolución de este tiempo, es la revolución del siglo XXI. Es una gran lucha antifascista. Una gran lucha por la liberación de la mujer y de la sociedad. En este sentido, os deseo a todos un exitoso 1 de mayo.
Bijî Sosyalizmê!
Viva el socialismo!