¿Qué hay detrás de los ataques turcos del 9 de octubre a Rojava?

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Desde hace días, la aviación turca lanza ataques contra Rojava. Todas las noches se oye el ruido de los motores de los jets, seguidamente el impacto de sus bombas. Las infraestructuras de toda la región ya han sufrido grandes daños, y algunas han quedado completamente destruidas. La moral y la resistencia mostradas por la población civil ante lo que está ocurriendo y lo que se avecina son ejemplares. Puede hacerte olvidar por un momento el alcance de estos ataques, cuando miras a los ojos brillantes de un niño o escuchas el temblor en la voz de una madre furiosa, que lanza maldiciones a los fascistas que nunca habías oído.

Ahora nos llega la noticia de que el impacto que oímos cerca anoche fue un ataque aéreo contra una academia de la unidad antidroga de las fuerzas de seguridad interna, las Asayîş. En el ataque murieron veintinueve compañeros y casi otros tantos resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad.

No debe sorprendernos que estos atentados nos golpeen ahora, pero es importante comprender su trasfondo para poder dar una respuesta contundente y organizada. Para sacar fuerzas de ello en lugar de caer en estado de shock, para avanzar y poner de rodillas al enemigo.

La masacre de los miembros de la unidad antidroga es la culminación de los atentados de los últimos días. Durante meses, estas unidades han llevado a cabo una campaña generalizada contra el tráfico de drogas. Han estado luchando ante una comunidad muy extendida que constituye un importante pilar financiero para el régimen de Assad y especialmente para las bandas de mercenarios islamistas de Turquía en las zonas ocupadas de Efrîn, Girê Spî y Serêkaniyê. Además de su importancia económica, la difusión de la droga es un método particularmente vil para debilitar a una sociedad traumatizada y devastada por la guerra y atacar su resistencia. Contra estas sucias prácticas, los 29 mártires y sus compañeros han jurado luchar hasta su último aliento por la libertad de sus iguales.

Con la elección del 9 de octubre como fecha, el objetivo estratégico de este ataque, así como de toda la campaña de ataques aéreos de estos días, quedó aún más claro. El 9 de octubre de 1998 comenzó la conspiración internacional contra Rêber APO, cuyos esfuerzos de toda una vida y resistencia ininterrumpida se reflejan, entre otras cosas, en la construcción de la Asayîş.

Con su secuestro, la sociedad kurda que había renacido, su resistencia y la incipiente internacionalización de la lucha revolucionaria debían a ser destruidas definitivamente.

Sin embargo, incluso después de 25 años, Rêber APO, en total aislamiento, está haciendo una resistencia histórica y no sólo ha anulado los ataques del sistema capitalista, sino que ha traspasado los muros de la prisión y ha hecho fructificar en todo el mundo su visión de una vida nueva, libre y bella. Sin embargo, el 9 de octubre es hoy una espina clavada en nuestro pecho, que sólo podremos sacarnos conquistando la libertad física Rêber APOs.

El golpe infligido entonces a la lucha de liberación debe repetirse hoy en su aniversario y, como el 9 de octubre de 1998, permanecer en la memoria colectiva del pueblo luchador de Kurdistán y del mundo. Los ataques de los últimos días persiguen el mismo objetivo que entonces: la destrucción total de la revolución, pero sobre todo la continuación del asesinato de la población kurda en la región.

¡La única respuesta a esta política genocida sigue siendo la resistencia! En la persona de Rêber APO, tenemos una línea clara de cómo hacerle frente. El corazón de la lucha es Kurdistán, las venas de nuestra resistencia laten en todo el mundo desde hace mucho tiempo. ¡Levantémonos contra el fascismo turco y organicémonos en la línea de Rêber APO! Cada ataque a Rojava es un ataque a esta línea, a nuestra revolución, ¡a nuestra perspectiva de una vida en libertad! ¡Rise Up 4 Rojava!

Internationalist Commune of Rojava,
10.10.2023

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