Durante 13 días, el ejército fascista turco y las milicias jihadistas han bombardeado, atacado y ocupado la región de Afrin en Rojava, en el norte de Siria. Siguiendo nuestra conciencia vinimos a Rojava para participar en la revolución. Como internacionalistas y parte de la sociedad del norte de Siria en medio de la lucha revolucionaria, estamos de luto por las numerosas bajas civiles, y ardiendo de rabia por la agresión turca.
El bombardeo selectivo de civiles, el uso de armas químicas y la amenaza de limpieza étnica por parte del Estado Turco son más que acciones militares, son los primeros signos de un genocidio contra el pueblo del norte de Siria. Estamos preocupados por la gente de Afrin, y por los amigos y amigas, camaradas, que se oponen valientemente a la invasión con gran riesgo.
No nos sorprende el silencio asesino de los estados y las instituciones internacionales: nunca hemos esperado nada diferente de aquellos que durante décadas han aceptado, apoyado y aprovechado la represión y la negación del pueblo kurdo. Los gobernantes de esta falsa comunidad se mantienen fieles a sus crueles principios de máximo beneficio e intereses geoestratégicos. En lugar de la emancipación de los pueblos a través de la democracia radical, la liberación de las mujeres y una sociedad ecológica, los poderes hegemónicos prefieren el fascismo. Sin el consentimiento de la OTAN y Rusia, esta guerra no podría haber sucedido. Esto no es simplemente una capitulación ante un dictador o una traición a antiguos aliados, sino un ajuste de cuentas contra un proyecto revolucionario que muestra una alternativa a la modernidad capitalista.
Somos conscientes de la importancia de estos días: la lucha por Afrin es una lucha por la existencia de la revolución en el norte de Siria y determinará el futuro de todo Oriente Medio. Con cada bomba en pueblos y ciudades, crece nuestra ira. Con cada víctima, nuestra resolución crece. Con cada día de esta invasión, aumenta nuestra voluntad de poner fin a la barbarie por todos los medios. Los planes sórdidos de los gobernantes de este mundo no se cumplirán. El acuerdo internacional silencioso para sofocar esta revolución en sangre y sufrimiento no podrá destruir los sueños de la gente del norte de Siria por una vida de libertad y justicia. Desde Arin Mirkan, Dilsoz Bihar y Ciwan Firat hasta Avesta Xabur, la voluntad de resistir a toda costa ha penetrado profundamente en los corazones de los asesinos y ocupantes. Es este espíritu de fe, determinación y altruismo lo que rompió la ola del Estado Islámico en Kobani y que hoy también detendrá a las hordas fascistas de Erdogan, en Afrin y en toda Rojava.
En estos días, todos nuestros corazones y mentes están en Afrin. La situación allí al mismo tiempo nos causa preocupación y nos da esperanzas, pero, sobre todo, para nosotros Afrin significa resistencia. Resistencia a la opresión, a la injusticia, al fascismo. Así como nuestros amigos en Afrin se resisten firmemente a los ataques del estado turco y sus ayudantes, queremos llevar su resistencia a todo el mundo, al corazón de la bestia, a los centros de poder. Junto con el movimiento de mujeres kurdas y muchos otros, llamamos a las personas de todo el mundo a llevar su resistencia a las calles el 3 de febrero en solidaridad con la gente de Afrin. ¡Demostremos al fascismo turco y sus ayudantes que Rojava y Afrin no están solos, que esta revolución se ha convertido en un faro de esperanza y será defendida por personas de todo el mundo! ¡No pasarán!
Biji Serok Apo!
Biji Berxwedana YPG / YPJ / QSD!
Biji Berxwedana Afrin!
¡Viva la solidaridad internacional!